martes, 27 de octubre de 2009

CRITICAS AL SOCIALISMO




Críticas al Socialismo

Existen algunos críticos al Socialismo del Siglo XXI, generalmente provienen de sectores tanto de la derecha como de la izquierda. Algunos marxistas lo consideran un socialismo falaz y la derecha estima que se basa en ideas caducas y perimidas.
Desde diversos sectores sociales e ideológicos allegados a la acción y movimientos populares de base se alega que no es posible hablar seriamente de un socialismo del siglo XXI si antes no se realiza una crítica profunda del "socialismo real" que existió el pasado siglo en URSS y Europa del este y así como de otros modelos estadocéntricos, porque si no se establecen las causas de su fracaso se pueden repetir los mismos y terminar en un nuevo fracaso que convierta la situación en algo peor que el problema que se buscaba solucionar.De los personajes que se han mostrado abiertamente en contra del Socialismo del Siglo XXI podemos encontrar a Mario Vargas Llosa, quien ha mostrado su opinion en diversas publicaciones hechas en periódicos latinoamericanos. El ex-presidente español José María Aznar ha sido un importante crítico de esta ideología. En una conferencia dictada en la ciudad de Guatemala expresó: "El Socialismo del Siglo XXI es lo mismo que el Socialismo del siglo XX solo que más aburrido, puesto que ya sabemos como termina"."Coartar las libertades, no respetar la ley, debilitar el estado de derecho, son las políticas que ampara el denominado socialismo del siglo 21" afirmaba en Septiembre de 2007 al ofrecer una conferencia sobre la libertad en América Latina. Además aseguró que el socialismo del siglo 21 tiene fórmulas totalitarias y autoritarias y es la peor de las recetas posibles para el futuro de Latinoamérica".
Pablo da Silveira publicó el artículo "El socialismo chavista" en el diario "el País", en el que señala las siguientes características del socialismo chavista: En primer lugar, el culto al líder. Todo el tiempo uno está recibiendo el mensaje de que la "revolución bolivariana" y su conductor son inseparables. Un segundo rasgo es la ausencia de todo mecanismo institucional que asegure un gobierno limitado. Un tercer rasgo llamativo es la permanente intimidación, sustentada en dos métodos principales. El primero es el recurso a una violencia no institucionalizada. En la Venezuela de hoy se acumulan las muertes inexplicadas de periodistas. Las agresiones físicas (incluyendo palizas tremendas) han pasado a ser un riesgo del oficio. El otro método de amedrentamiento son los piquetes que se movilizan "espontáneamente" contra los opositores y otras personas consideradas indeseables. La primera es que todos los manifestantes llevaban la misma camisa roja. La segunda es que esas manifestaciones tenían horario de oficina: los vociferantes llegaban a media mañana, desaparecían a la hora del almuerzo, volvían poco después y se iban hacia el final de la tarde. Una última característica visible es el uso sistemático del lenguaje como arma de descalificación. El catálogo de insultos y agresiones verbales es casi infinito. La acción de los medios opositores es definida por Chávez como "envenenamiento mediático". La descalificación del adversario es un viejo mecanismo para facilitar su posterior destrucción. Por eso Hitler trataba a los judíos de "sub-humanos" y Fidel Castro trata de "gusanos" a sus opositores. El culto a la figura conductora, la eliminación de los mecanismos que limitan la acción del gobierno (para lo que se suele recurrir a reformas constitucionales), el uso de la violencia no institucionalizada y de la "movilización popular" para amedrentar a los adversarios y, finalmente, el empleo del lenguaje como arma descalificatoria han sido señalados desde siempre como rasgos típicos del fascismo. La Venezuela de la actualidad se parece mucho a la Italia de los años treinta. Y eso no debería sorprendernos. Después de todo, Mussolini fue un dirigente del Partido Socialista italiano que decidió seguir un camino propio por considerar demasiado tímidos los métodos políticos tradicionales.
El Arzobispo de Mérida, Mons. Baltazar Porras, indicó que el socialismo del siglo XXI al que se refiere el Gobierno venezolano es indefinido ideológicamente, busca “distraer la atención” y “parece más bien un supermercado”. En entrevista concedida a Unión Radio, el Prelado comentó así la incomodidad del Gobierno nacional por el documento que emitió la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) exigiendo una definición del socialismo del siglo XXI al que se refiere. Para el Arzobispo, otras características de este socialismo son el populismo, el autoritarismo y el militarismo.

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